Un gato es un SER VIVO, que aunque tenga tendencias de comportamiento y un estado de salud determinado cuando se entrega en adopción, todo esto puede cambiar repentinamente.
En el momento en que se adopta, hay que ser consciente de que pueden pasar cosas que escapen a nuestro control, por lo que te comprometes desde ya mismo a que:

  • Nos comunicarás por correo electrónico y a la mayor brevedad, cualquier problema de adaptación, salud o comportamiento. No esperes a que te hagamos el seguimiento; cualquier cosa que no entiendas, tengas dudas o necesites ayuda, ¡¡escríbenos!!

  • Vas a prestarle atención especializada al gato, ya sea veterinaria, de comportamiento, o lo que necesite. Adquieres una responsabilidad grande al adoptar un animal, que va a conllevar trabajo e implicación por tu parte y, posiblemente, gastos económicos.

Nosotros te ayudaremos con asesoramiento, consejos, pautas y herramientas. Y tú te comprometes a ponerlas en práctica, a trabajar en la adaptación y, si está habiendo complicaciones, agotar posibilidades antes de pensar en una devolución.

En el caso de que la adaptación esté costando más de lo previsto o creas que hay pequeñas cosas que mejorar, tenemos un plan B, que son los profesionales de Terapia Felina.
Cuentas con una consulta gratuita con videollamada y seguimientos, que puedes solicitar durante los 2 primeros meses desde el día de la adopción. Si lo necesitas, te dejamos su correo electrónico:

consultas@terapiafelina.com

Ten en cuenta que este servicio es atendido por estudiantes en prácticas. En ocasiones puede que se requiera de unos de los terapeutas expertos, con el coste oportuno.
Y, este servicio está a nuestro alcance no solo cuando ocurre “algo grave”; también puedes solicitarlo cuando parece que todo va bien, pero quieres hacer una mejor adaptación, o pulir pequeñas cosas incómodas de vuestra convivencia que no entiendas.

En último término, el gato siempre tiene las puertas de La Gatoteca abiertas para una devolución. Eso sí, antes te vamos a pedir que cumplas tu compromiso de trabajo y que intentes que el gato se adapte. Cuando adoptas, tienes que entender que el gato puede tardar días, semanas o incluso meses, en comportarse “con normalidad”, y que tu tiempo e implicación en ello, es fundamental. Si lo hemos intentado, ha habido buena fe, pero tú, el gato u otro animal que ya estuviera en el hogar, estáis mal, nuestro gato vuelve con nosotros, por supuesto.

Y, si no estás dispuesto a todo esto que acabas de conocer, quizá no sea el momento de adoptar un nuevo gato. Reflexiona sobre ello antes de continuar.