Trece.

04/01/24 Sí, la historia de Trece con nosotros comienza en enero de 2024… Y es que desde nuestra veterinaria, una de las personas que atienden a nuestros gatos, nos contó que su pareja había presenciado cómo tiraban a una gata desde la ventanilla de un coche en marcha, en una zona donde es frecuente este tipo de abandonos. La recogió a mano y se la llevó a casa para sacarla de esa situación, a sabiendas de que no se la podía quedar, pero tampoco mirar a otro lado. Trece entró en La Gatoteca hace ahora más de un año, y ha sido un reto emocional poder conseguir que confíe en nosotros.

Llegó con mucho trauma y un gran desequilibrio emocional. Pensar que ese abandono tan cruel, fue solo la punta del iceberg de su vida. Cuando alguien es capaz de realizar tal atrocidad, normalmente la convivencia antes de hacerlo, fue nefasta. En estos casos, los gatos suelen estar desatendidos, con frecuencia aislados en habitaciones solos, sin limpieza de arena, un alimento digno y sin ningún tipo de acompañamiento emocional. El abandono físico solo es el culmen de un abandono total previo a sus necesidades…

18/11 Trece sube a sala con el resto de los gatos para ser visible y buscar familia. Han sido once meses de trabajo emocional con ella. Cuando vino, nos tenía miedo. Tampoco creas que se escondía demasiado, ella estaba presente en cada cosa que hacíamos, cotilleaba, se acercaba, se frotaba con nosotros. Pero, cada vez que intentábamos tocarla, se ponía nerviosa y nos mordía, no con fuerza, pero sí con miedo e inseguridad de que fuéramos a tratarla con cariño, o no. Poco a poco fuimos coartando muchas de sus manías, como la de agarrarse a tus pies y morderte los tobillos mientras pateaba. Y descubrimos que es una gata que le encanta subirse encima tuyo y, simplemente, compartir ese contacto contigo. En noviembre decidimos que ya era su momento de darse a conocer, que en las dependencias privadas ya habíamos tocado techo con su evolución, que necesitaba dar un paso más.

30/01 Trece es la gata que todo el mundo conoce en nuestro salón de gatos. Esa que decimos: “no acaricies a trece, ella te acariciará a ti”. Y es que así es ella, una gata muuuuy cariñosa, juguetona, pero que tiene la necesidad de tener el control de la interacción entre ella y los humanos. No es el primer gatete que conocemos que tiene estas inseguridades, y bien sabemos que en un hogar, cuando genera vínculo con sus humanos, es una relación de por vida, de amor sincero y pleno. Trece necesita una oportunidad; alguien que sepa que tendrá que darle espacio, a la vez que mostrarle que le quiere, y que esa relación de cariño, será recíproca, desde el respeto.

Aunque Trece no padece ninguna enfermedad que nos haya generado un gasto elevado y extraordinario, no deja de ser un caso complicado de salud emocional. Durante todo este año y pico, la gata come, hace sus necesidades, necesita atención veterinaria, personas que trabajen exclusivamente con ella, etc. Y esos gastos que son, quizá, menos evidentes, son sufragados también por nosotros. De hecho, cuando ella se marche en adopción, tendremos una plaza disponible para otro gato de carácter difícil, que necesite nuestra ayuda. Nos echas una patita con Trece??

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Triky.