El arenero, ese gran olvidado…
PARTE I de cuatro entregas.
No se juega con la comida, pero tampoco con el lugar donde hacer caca…
La gente subestima la importancia del arenero para nuestros gatos. Siempre que se habla del tema, prima la necesidad humana sobre la felina: “que no huela mucho”, “que no saque arena por toda la casa”, “que a mí (humano) no me moleste”. Pero el arenero es para el gato, no para nosotros!! Él lo usa a diario, repetidas veces, y debe sentirse cómodo haciéndolo, en todo el concepto global que conlleva el término arenero: ubicación, tamaño, tipo de arena, higiene, y un gran etcétera.
Tan importante para los gatos es comer, descansar en un lugar seguro o relacionarse con su entorno y familia, como poder ir a hacer sus necesidades de forma segura, confortable y agradable para ellos.
Desde luego que hay que llegar a lo que yo denomino “un consenso entre especies”. Esa negociación en la que el gato debe entender que el arenero no puede estar en cualquier punto de la casa (junto a la mesilla de nuestro dormitorio, por ejemplo) pero en la que nosotros también entendemos (y debemos claudicar si es preciso) que no puede estar en la galería al sol, o arrinconado entre dos muebles, solo porque así no lo veamos u olamos. Hay que llegar a un punto intermedio y, en caso de conflicto de intereses, primar por las necesidades de nuestro gato, antes de las nuestras propias.
Somos nosotros los que hemos decidido compartir nuestra vida y hogar con un gato (o varios), por lo que es nuestra responsabilidad proveerles de lo que necesitan de una forma adecuada. Acepta de una vez que tu gato hace pis y caca, que es normal y natural, y ajústate a sus necesidades, como especie y como individuo, para que lo haga cómodamente.
Porque cuando primamos sobre nuestras preferencias y no las suyas, luego vienen los lamentos. Cuando el gato no usa correctamente su arenero y realiza sus deposiciones justo fuera de él, o en otro lugar de la casa; cuando enferma y coge infecciones o se obstruye; cuando detectas que su comportamiento ha cambiado y no relacionas su problema el arenero…
Existen muchísimos problemas de salud, tanto física como emocional, que se relacionan directamente con su uso. Si bien es cierto que suele haber más factores que influyen (alimentación, estrés, cambios en el hogar, etc.), lo primero que siempre hay que hacer cuando un gato no hace sus deposiciones como debiera, es descartar que haya un problema relacionado directamente con el arenero, la arena, su ubicación, la higiene y todos los aspectos que en esta colección de artículos vas a poder conocer y entender.
Hagamos las cosas bien desde el principio y nos ahorraremos muchos quebraderos de cabeza.
“Oh, cojo una caja cualquiera, le pongo arena, y enseño al gato a ir a ella!” - ERROR TOTAL!!
Parece que los areneros tengan un estigma. Quizá porque es un tema escatológico y a la gente le da grima pensar o hablar de ellos, no sé… Pero a mí me parece que es algo natural en un ser vivo: hacer tus necesidades (perdón, pero tú y yo también hacemos caquita…), y que debemos sacarlos de ser ese tabú del que no hablamos nunca.
Para poder comprender cómo afecta el arenero (y todo lo que hay a su alrededor) en que nuestro gato lo use correcta y cómodamente, debiéramos remontarnos a cómo realiza un gato en libertad sus necesidades. Así entenderemos que no hay que enseñarle a usarlo, que no puede estar en cualquier lugar de la casa o por qué tenemos que mantener una buena higiene. Siendo conscientes de cómo es un gato en realidad, podremos extrapolar sus necesidades como especie a ese espacio “desnaturalizado” que es nuestro hogar.
Un gato libre y verdadero (no un gato doméstico, no un gato de colonia, un gato libre y que decide 100% sobre su vida), tiene un territorio muuuy amplio, de varias hectáreas, que suele recorrer diariamente y de forma rutinaria. Puede convivir con otros congéneres felinos o no, pero lo que sabe es que su territorio es suyo, y que todo gato no autorizado o desconocido, no debe entrar en él; la presencia de otros gatos puede poner en riesgo su seguridad y provocar peleas, la cantidad de alimento a su disposición se reduce, puede haber conflicto para procrear con individuos del sexo opuesto, etc.
Para disuadir a otros felinos de que entren en su territorio, el gato usa como avisos sus propias deposiciones, ya sean excrementos, orina o marcaje con la misma, en los lindes de su territorio, para avisar al resto de posibles gatos en territorios aledaños que “de aquí no puedes pasar”. Todos esos deshechos biológicos que el gato deja en los límites, contienen feromonas que hablan del gato: si es macho o hembra, edad, estado de salud, fortaleza… por lo que es una forma de comunicación a distancia, un aviso a otros sin tener que verse las caras.
Otra cosa a recalcar con gran importancia, es que el gato es un hábil depredador, pero también es presa de otros muchos animales… En su territorio hay zonas de relax, de juego y de caza, de alimentación, de socialización, y de deposiciones. “No como donde cago, ni duermo donde orino”. Porque al igual que a un gato le quiere indicar “no pases de este arbolito con mi pis”, lo que tampoco quiere es que un posible depredador le encuentre en un momento de relax y vulnerabilidad, porque detecte el olor de sus propias deposiciones. Los gatos son limpios por naturaleza, pero no por capricho, sino por supervivencia.
Por esta razón, el gato realizará sus deposiciones siempre alejadas de sus zonas seguras en el territorio, y usará para tal fin las zonas de paso o límites del territorio: esas donde no caza, come, juega o duerme. Y, por supuesto, lo tapará, para evitar ser descubierto por esos animales que pueden suponer una amenaza. Y sí, aunque estén escondidas, los otros gatos son capaces de detectar e interpretar el mensaje de sus feromonas (por si te he generado la duda)
Para finalizar, debemos ser conscientes de que cuando el gato comienza a hacer sus deposiciones, es un momento de mucha vulnerabilidad para él frente a depredadores o visitantes. Adopta una postura específica y se concentra en su tarea, por lo que requerirá de lugares tranquilos donde no se sienta amenazado, arrinconado o acechado… Por ello, también es lógico que realice sus deposiciones en momentos de soledad, donde nadie perturbe ese momento de indefensión.
Debemos entender que al gato no hay que decirle cómo lo tiene que hacer, está impreso en la genética de su especie. Y aunque haya nacido en una casa, y su madre, y su abuelo también, es algo innato que nuestro gatito pequeño hará conforme vaya creciendo. Las primeras semanas de vida mamá gato (o humana en su defecto) le tendrá que estimular para hacer sus necesidades; luego pasará a hacerlo solo, pero ahí donde le pille, porque todavía no tiene control sobre sus esfínteres o sobre qué está pasando con sus funciones básicas.
Pero un día, y bien jovencito además, sentirá que quiere hacer pis y, esta vez, se dará cuenta con suficiente tiempo como para buscar el sitio idóneo, y ese será el arenero del que lo hayamos provisto. Y ya será así para siempre, excepto que un problema de salud que se lo impida, o que nosotros no hagamos bien nuestro trabajo al respecto de facilitarle un arenero adecuado…
Qué tengo que tener en cuenta respecto al arenero de mi gato.
Muchos factores influyen a la hora de ofrecer a nuestro gato un espacio adecuado para hacer sus necesidades, que más abajo pasaré enumeraros y explicaros, punto por punto, como el decálogo de las arenas.
Pero antes convendría haceros conscientes de algo extremadamente importante, y es que los gatos tienen unos sentidos muchísimo más sensibles que los nuestros. Lo que a ti te huele fuerte, a él le resulta insoportable. Esa arenita que pisas y te pincha la planta de los pies, a él le hace daño de verdad. Ese polvillo que la arena levanta y te hace toser, a él le irrita sus vías aéreas e incluso le produce problemas respiratorios. Su percepción sensorial frente a estímulos desagradables, es exponencial frente a la nuestra.
Y no solo eso, sino que piensa que tu contacto (como humano) con la arena y el arenero es, normalmente, de una vez al día, que la remueves, quitas las deposiciones y poco más. Pero tu gato va una media de entre cinco y ocho veces a usarlo cada día, pega su naricilla, sus ojos, sus partes pudendas a esa arena, camina sobre ella, la rasca y la remueve, y todo esto siendo muchísimo más sensible.
Todo eso que a ti te resulta molesto y de lo que huyes porque te desagrada, piensa que a él le incomoda por triplicado. Y, sobre todo, prima por su confort en todos estos aspectos, porque es él el que realiza una FUNCIÓN BÁSICA Y FUNDAMENTAL, como es hacer sus deposiciones… Y aquí que vamos con el decálogo de las arenas!
- Ubicación del arenero.
- Tipo de arenero.
- Tamaño del arenero.
- Cantidad de areneros.
- Tipo de arena.
- Cantidad de arena.
- Higiene diaria y desinfección.
- Cómo cambiar el tipo de arena.
- Accesorios, trucos y demás.
- El arenero y la salud de mi gato.
Dedicado a Hada, la gata que siempre cagaba fuera del arenero...
Eva Aznar - ABRIGA
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